quarta-feira, 26 de agosto de 2009

Educação, Reencarnação e Modernidade (Espanhol)

En estos tiempos modernos observamos los más variados llamamientos para que la educación sea la base de nuestra vida.
En la calle, en el trato con el prójimo, nos cabe la manifestación de la educación afectiva y respetuosa.
En el ambiente doméstico, nos cabe la educación de los sentimientos para con aquellos que comparten con nosotros la convivencia diaria.
En las huestes religiosas, nos cumple comprender y aceptar educadamente, aquellos que no comparten con nosotros los mismos principios teológicos.
En el ambiente profesional, nos cabe educar nuestra capacidad de realización para que la misma no se transforme en fuerza desgobernada.
En el trato con la naturaleza, es menester que observemos la necesidad urgente de educarnos a fin de preservar el planeta de las agresiones promovidas por la incuria humana.
La educación en todas sus más varias manifestaciones, es el único camino que nos librará de la condición de niños derrochadores de las bendiciones divinas.
La agresión sufrida por el planeta, principalmente a lo largo del siglo XX, se manifiesta ahora en forma de tormentas climáticas que alcanzan a todos los hombres, independiente de clase social, color o religión.
Aunque muchos aún caminen experimentando verdadera enajenación acerca de los asuntos ecológicos, es preciso concientizar a todos a través de la educación.
El Espiritismo vino para dar conciencia y ciudadanía universal a la criatura humana.
Somos los responsables por lo que ocurre en este planeta, viajamos constantemente a través de la reencarnación por los más diversos cuadrantes del universo, dondequiera que estemos somos los responsables por aquello que cultivamos.
La propuesta Espírita es la misma de Jesús, pues es el Cristianismo revivido: “Educación de las Almas”.
Sólo la educación es capaz de traer comprensión acerca de la vida.
En los momentos cruciales que vivimos, urge que los Espíritas direccionen sus esfuerzos para la Educación Infantil Espírita.
Sin ese emprendimiento, hablar en regeneración de la Tierra, es soñar un sueño imposible.
El hombre necesita comprender que educar un niño es garantizar una mejor educación para él mismo, cuando dé su retorno en nueva encarnación.
El educando de hoy, es el educador de mañana.
Los padres de hoy, en el futuro, pueden retornar como hijos del educando de hoy.
Invertir en educación es invertir en hogares más equilibrados donde iremos a arribar en otras oportunidades.
La Educación Espírita Infantil es una herramienta preciosa para verdaderamente regenerarse el mundo.

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